Los gases en el bebé durante los tres primeros meses de vida son muy frecuentes y, en muchas ocasiones, desencadenan ataques repentinos de gritos continuos. 

El aire y otros gases pueden llegar al estómago de tu bebé cuando este llora, bebe o simplemente respira. Incluso aunque haya bebido poca leche, las flatulencias pueden generarle una incómoda sensación de pesadez que haga que se encuentre mal.

Muchos padres conocen esta situación como «cólico de los tres meses» o «cólico del lactante». ¿Es tu caso?

Para empezar, te diremos que algunos expertos atribuyen esta fuerte tendencia a los gases a que el aparato digestivo del bebé aún no está del todo desarrollado.

Cómo detectar si tu bebé tiene gases

A algunos bebés les cuesta mucho eliminar el aire de la barriga y necesitan un eructo después de cada comida. Otros, en cambio, apenas tienen problemas.

Observa si tu peque para repentinamente de mamar o de beber del biberón, tuerce el gesto y empiece a llorar. Lo más probable es que tenga gases.

También puede suceder que, aunque no arranque a llorar, tu bebé proteste retorciéndose y haciendo muecas cuando lo quieres acostar después de darle el pecho. En este caso, la razón pueden ser los gases o simplemente que tenga pipí. 

Beber del biberón suele dar más gases

El bebé que toma biberón tiene más gases

Según las comadronas, los bebés que maman tienen menos problemas de gases los que llevan pocos días bebiendo del biberón. Esto se debe principalmente a que los niños que maman pueden controlar el flujo de leche del pecho hasta cierto punto, por lo que, en succionan más despacio y tragan menos aire que si toman el biberón.

Además, cuando se coloca al bebé correctamente junto al pecho durante la lactancia materna, la anatomía de su boquita se adapta perfectamente a la areola, por lo que no puede entrar aire o entra muy poco.

En cambio, el diseño de la tetina de los biberones hace que el bebé trague bastante más aire. Por eso, los padres deberían tener en cuenta las siguientes recomendaciones cuando dan el biberón:

  • La inclinación del biberón es óptima cuando la leche reemplaza todo el aire de la tetina.
  • El bebé no debe comer tumbado, sino medio erguido.
  • Después de cada comida hay que darle unos golpecitos para que eructe.

No obstante, hay modelos de tetinas que se inspiran en el pezón de la mujer, por lo que la boca del bebé se adapta mejor a su forma.

Dicho todo esto, hay que recordar que los bebés que maman también necesitan eructar, sobre todo cuando la madre presenta mucho reflejo de eyección de la leche – subida de leche abundante- y el niño bebe rápido.

Cómo puedes ayudar a tu bebé a expulsar los gases

Existen tres posturas para ayudar al bebé a expulsar los gases:

Sobre el hombro

Con el culito bien asentado sobre el pliegue del codo, el bebé apoya la cabecita sobre tu hombro mientras lo acaricias o golpeas suavemente en la espalda con la mano libre.

La postura del avión

El bebé se coloca boca abajo sobre tu antebrazo  y tú le sujetas la cabecita con una mano y con la otra puedes frotar su espalda. Puedes probar la misma postura pero colocando al bebé sobre tus piernas en vez de sobre tu brazo.

Sentado erguido

El bebé se sienta sobre tu regazo, con la espalda contra tu estómago. Tienes que sujetar al niño por debajo de tus brazos, con tu mano bajo su barbilla, e inclinarle el tronco ligeramente hacia delante. Con la mano libre, le puedes acariciar o golpear suavemente la espalda.

Pies hacia nariz

Esta maniobra se realiza con el bebé tumbado boca arriba. Sencillamente, coge sus piececitos y ve acercándolos con cuidado hacia su nariz.

Masaje en el abdomen

Otra forma de ayudar a tu bebé a expulsar los gases y a aliviarle el dolor es dándoles un masaje en el abdomen. Más adelante, te explicaremos cómo.

Lo mejor es que pruebes todas las posturas para ver cuál es más cómoda tanto para ti como para el bebé. Si el eructo o el pedo tarda mucho en producirse, puedes ir cambiando de postura.

 

Cuándo ir al médico por los gases del bebé

La mayoría de bebés superan la etapa de los gases sin problemas. En cuanto se vuelven más ágiles y pueden moverse solos, desaparecen  las flatulencias causadas por un exceso de aire en la barriguita.

Sin embargo, debes llevar al pediatra a tu bebé si sufre fuertes flatulencias o manifiesta dolencias llamativas de un día para otro. Alguno de los siguientes síntomas pueden darte la señal de alarma:

  • Flatulencias con ataques de gritos tras cada comida.
  • Excrementos líquidos, espumosos o que salpican.
  • Excrementos extremadamente sólidos.
  • Rechazo a beber.
  • No ganar peso.

En estos casos, detrás de las flatulencias combinadas con los demás síntomas podría esconderse una enfermedad grave que el pediatra deberá aclarar y, en caso necesario, tratar.

Cuanto menos tiempo tenga el bebé, menos debes tardar en consultar al pediatra si se presenta este cuadro de síntomas y gases.

Por otro lado, para los padres que están sometidos a mucha tensión a causa de estos problemas que generan los gases del bebé, también puede ser recomendable ir al médico y recibir asesoramiento y ayuda profesional. 

Consejos de prevención y tratamiento

  • Empecemos por aclarar que no se ha demostrado científicamente que los alimentos flatulentos que coma la madre provoquen gases en el lactante. 
  • Cuando le des el biberón a tu bebé, procura que no quede espuma después de haberlo agitado.
  • Merece la pena que pruebes diferentes tamaños de agujero de la tetina para que entre la mínima cantidad de aire posible.
  • También puedes relajar el estómago del bebé haciéndole masajes suaves circulares en la barriguita, en el sentido de las agujas del reloj (si es necesario, con aceite de comino). Un pedo sonoro te  indicará que la flatulencia se ha disuelto literalmente.

En el siguiente vídeo, puedes ver la mejor forma de hacerle un masaje a tu bebé para aliviar los gases:

  • Contra las flatulencias frecuentes, las comadronas también recomiendan remedios naturales, como la manzanilla o los supositorios de comino.
  • Si el pediatra detecta intolerancia a algún alimento, recomendará una dieta especial. Llegados a este punto, quedará descartado cualquier tipo de experimento y el pediatra deberá supervisar cualquier cambio de alimentación al respecto.

Así que ya sabes, los gases en los bebés son un problema muy común, que desaparece normalmente cuando el bebé empieza a moverse por sí mismo.

Mientras tanto, no olvides provocarle el eructo después de cada comida y visitar al pediatra si observas dolencias poco claras o especialmente agudas.

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