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Mes: marzo 2022
Dolores abdominales en el embarazo: causas y tratamiento
Uno de los síntomas del embarazo más habituales son los dolores abdominales. Todas las mujeres embarazadas los padecen con mayor o menor intensidad.
Mientras que, en algunos casos, solo notan una especie de tirón, en otros, las molestias se parecen más a los calambres fuertes.
Causas comunes del dolor abdominal durante el embarazo
Cuando una mujer sospecha que puede estar embarazada, el dolor abdominal suave se interpreta como una señal, junto con otros síntomas o cambios físicos y psicológicos.
Una vez confirmado el embarazo y cuando ya está más avanzada la gestación, las causas más comunes de los dolores abdominales son las siguientes:
- Crecimiento del útero y del bebé: hace que aumente la tensión en músculos, ligamentos y órganos internos.
- Tensión en los ligamentos uterinos: producen dolores que pueden convertirse en calambres. Los ligamentos uterinos son filamentos de músculos lisos y tejido conjuntivo que recorren los laterales del útero hasta la pared pélvica y desde allí hasta la vulva. Su misión es mantener el útero en una posición estable y erguida. La progresión del embarazo hace que esos ligamentos se sobreextiendan y se estresen a medida que el útero crece, lo que causa dolor a ambos lados del abdomen y en la parte baja o ingles, así como dolor de espalda. El dolor abdominal es similar a los dolores menstruales o a las agujetas. Puede llegar a ser un dolor severo en una etapa temprana del embarazo, sobre todo cuando ese dolor se localiza los ligamentos redondos y provoca como un pinchazo.
- Desplazamiento del útero: este movimiento evolutivo deriva en el cuadro de tensión de los ligamentos que hemos descrito antes. Muchas mujeres experimentan más dolor abdominal en el lado derecho, ya que, durante el embarazo, el útero tiende a desplazarse ligeramente hacia ese lado..
- Factores hormonales: las hormonas del embarazo provocan el aflojamiento de los tejidos corporales.
- Gas y Estreñimiento: al aumentar los niveles de progesterona, se producen gases, ya que la liberación de esta hormona hace que el tracto digestivo se retrase y que, con ello, los alimentos se desplacen más lentamente. Esta alteración también suele derivar en estreñimiento. Bebiendo mucha agua, comiendo alimentos ricos en fibra, haciendo ejercicio suave, y, si es preciso, usando ablandadores de heces, combatirás el exceso de gases y el estreñimiento.
- Relaciones sexuales durante el embarazo: también pueden causar dolor abdominal y leve dolor lumbar. Normalmente, las mujeres sienten el orgasmo como una agradable ondulación en la vagina y el útero, pero ahora también puede ir acompañado de una sensación de dolor similar al de las contracciones leves, especialmente en la recta final del embarazo. Esto no supone ningún peligro para el bebé ni para el embarazo, a no ser que haya contraindicaciones médicas para tu caso concreto.
- Contracciones: como veremos más adelante, pueden producirse prematuramente porque el útero se “entrena para el parto” – contracciones de Braxton Hicks-, por estar sometida a excesos físicos o estrés, o porque el parto ya está cerca.
Señales de alarma según la fase del embarazo
El dolor abdominal y los calambres también pueden ser síntomas de complicaciones durante el embarazo, con características y repercusiones diferentes según la fase de la gestación:
- Al principio del embarazo, por ejemplo, los dolores abdominales pueden deberse a un aborto espontáneo precoz o a un embarazo extrauterino. Si se tratara de un aborto espontáneo precoz (hasta la semana 12 del embarazo), los dolores serían similares a calambres en la parte inferior del abdomen y se acompañarían de sangrado; médicamente, suele ser imparable. En caso de embarazo extrauterino inadvertido, generalmente entre la octava y décima semana de embarazo, además del sangrado, se produce un dolor intenso que comienza en el lado en el que se encuentra el embrión y después afecta a todo el abdomen. En ambos casos, se requiere asistencia médica urgente.
- En el segundo trimestre del embarazo, el dolor abdominal severo similar al de los calambres puede indicar un aborto espontáneo tardío (de la semana 13 a la 23 del embarazo), aunque es algo poco común y afecta aproximadamente a uno de cada 100 embarazos. En caso de dolor abdominal y sangrado o flujo leve, es preciso consultar de inmediato al médico o la comadrona para saber cómo proceder. Un sangrado agudo es una emergencia y requiere tratamiento hospitalario urgente.
- Entre la semana 24 y 37 del embarazo, el dolor abdominal, pélvico y de espalda, posiblemente acompañado de diarrea, puede ser una señal de que podría producirse un parto prematuro. Por tanto, es preciso acudir urgentemente al hospital. Si no has roto aguas, se puede retrasar o parar el inicio del parto.
- En la segunda mitad del embarazo, el dolor abdominal intenso también puede ser un síntoma de otras complicaciones del embarazo. Por ejemplo, el síndrome HELLP, una complicación grave del embarazo, se caracteriza por dolor intenso en la parte superior derecha del abdomen.
¿Dolor abdominal o contracciones reales?
Muchas mujeres embarazadas temen tener contracciones prematuras. Por tanto, es importante distinguir entre el dolor abdominal relacionado con el embarazo y las contracciones reales.
Para ello, hay que saber lo que son las llamadas contracciones de entrenamiento o contracciones de Braxton Hicks, que se dan desde el comienzo de la segunda mitad del embarazo. Consisten en una leve contracción de los músculos uterinos y un endurecimiento del abdomen y, generalmente, comienzan entre la semana 28 y 30 del embarazo, pero también hay casos en que las han notado ya en la semana 20.
A través de estas contracciones, todo el útero se ve sometido a un “entrenamiento para el parto”.
Las contracciones de Braxton Hicks no suelen ser dolorosas, se suceden a intervalos irregulares y desaparecen después de un minuto como máximo, sobre todo si haces reposo.
En cambio, las contracciones reales o de parto se producen a intervalos regulares que se van acortando y el dolor aumenta gradualmente. Si antes de la semana 36 empiezas a tener contracciones más de tres veces cada hora, son dolorosas y persistentes, especialmente en la zona lumbar, y van asociadas a flujo acuoso o sanguinolento, es preciso acudir a un médico.
Por último, ten en cuenta que las contracciones prematuras pueden indicar también que te has excedido física o psíquicamente y necesitas urgentemente descanso y relajación.
Cómo aliviar el dolor abdominal durante el embarazo
Calor
El calor, la tranquilidad y la relajación ayudan a aliviar los dolores agudos. Por ejemplo, un cojín térmico, un cojín caliente de semillas, una bolsa térmica o un baño caliente ayudan a aliviar el dolor en el útero.
Masajes
Los masajes abdominales con aceites suaves de masaje proporcionan relajación. Además, los aceites para mujeres embarazadas mejoran la elasticidad de la piel y ayudan a prevenir las estrías.
Asimismo, las compresas de aceite en la zona inguinal impiden que el dolor aumente.
Bandas para el vientre y fajas
Cuando el embarazo ya está avanzado, las bandas para el vientre o fajas pueden aliviar durante el día la tensión de los tejidos.
Paseos o ejercicio suave
Las mujeres embarazadas no deben dejar de hacer regularmente ejercicio. Pero has de evitar los movimientos rápidos y repetitivos.
Los paseos o algún tipo de deporte de equilibrio suave, como el yoga adaptado, te servirá tanto para mantener el tono físico y activar la circulación como para que, con el movimiento, se relajen los músculos del cuerpo, incluyendo los del útero. De esta manera, también puedes prevenir el dolor intenso.
Cambiar de postura si estás tumbada
Para aliviar el dolor de los ligamentos redondos, si estás tumbada, prueba a estirarte suavemente y cambiar de posición.
Flexionar las caderas antes de toser o estornudar
Al toser o estornudar, aún se tensa más el abdomen. Flexionando las caderas cuando sientas que te viene un estornudo o una tos, reducirá la tensión y también el dolor.
Cuándo debes acudir al médico
En el caso de dolor abdominal persistente, intenso o agudo, es esencial que un médico te examine. Estos dolores no sólo pueden ocultar complicaciones en el embarazo, sino también otras enfermedades como apendicitis, cistitis, cálculos renales o cálculos biliares.
Sobre todo, has de consultar a tu médico si, además del dolor abdominal, tienes los siguientes síntomas:
- Fiebre, escalofríos.
- Sangrado.
- Náuseas, vómitos, diarrea.
- Sangrado y flujo llamativo.
- Escozor o dolor al orinar.
Como ves, los dolores abdominales en el embarazo son uno de los factores negativos de la apasionante experiencia que supone la maternidad. La parte positiva es que olvidas pronto esos malos momentos en cuanto le ves la cara a tu bebé. 😉
Los movimientos del bebé durante el embarazo
A la mayoría de las mujeres embarazadas o que han pasado por un embarazo les cuesta describir el cúmulo de emociones que experimentan cuando sienten los primeros movimientos del bebé en su barriga.
Probablemente, es en ese momento cuando tomas conciencia de que estás gestando una vida.
Al principio, solo notas algún golpecito o patadita de vez en cuando. Pero, a medida que el embarazo avanza, esos movimientos se vuelven más regulares e intensos, y se convierten casi en un lenguaje con el que el bebé se comunica contigo.
Cuándo empiezas a sentir los movimientos del bebé
A partir de la séptima u octava semana de embarazo, el médico ya puede detectar los primeros movimientos del bebé en la ecografía y mostrártelos en directo a través del monitor.
Es una imagen impactante, ya que en esas semanas el feto solo mide unos centímetros, pero ya es capaz de “aletear” enérgicamente sus extremidades en el líquido amniótico.
Sin embargo, esos primeros movimientos son imperceptibles para la madre. Será entre la semana 18 y 22 aproximadamente cuando empieces notar que tu bebé se mueve, sobre todo si eres primeriza.
En caso de embarazo múltiple o de que ya hayas estado encinta anteriormente, desde la semana 16 – incluso antes-, ya podrás sentir los primeros movimientos, ya que los músculos abdominales, al haberse dilatado durante la primera gestación, están más laxos y ceden antes a los primeros golpecitos.
No obstante, el momento exacto en que empiezas a notar los movimientos de tu bebé depende de la localización de la placenta y del grosor de su pared.
Muchas embarazadas describen estos primeros movimientos como un “ligero temblor”, una “caricia” o un “mariposeo”.
Lo cierto es que estas señales son muy importantes para empezar a involucrarte emocionalmente con tu bebé.
Evolución de los movimientos a lo largo del embarazo
- A partir de la semana 24 o 25, los movimientos empiezan a ser más intensos. El bebé boxea, patalea y hasta da volteretas en el líquido amniótico. Puede suceder incluso que le dé hipo, y entonces notes cómo tu barriga se estremece con cada «hip». También puede haber días en los que no sientas nada.
- Hasta la semana 32, los movimientos del bebé van ganando en intensidad y frecuencia. Irás viendo cada vez más protuberancias en la barriga.
- Hacia el final del embarazo, sentirás que los movimientos pierden intensidad. En vez de puñetazos en los laterales y patadas en las costillas, tendrás una sensación de “empujar y estirar”. Esto se debe simplemente a la falta de espacio.
Con qué frecuencia se mueve el bebé
Lo normal es que un bebé se mueva de manera irregular a lo largo del día. Por tanto, habrá veces en que los movimientos solo duren unos segundos y otras en que lo notes marchoso más de una hora.
También habrá fases de reposo absoluto, que pueden durar entre 40 minutos y varias horas. Esto es porque el bebé en la barriga, al igual que el recién nacido, tiene su propio ritmo de sueño-vigilia.
Así pues, cuando notes que tu bebé lleva un largo rato sin moverse, lo más seguro es que esté descansando o durmiendo
Muchos niños se mueven con más intensidad por la noche, cuando su madre descansa o se acaba de acostar.
En cuanto al número de patadas, aunque este no se puede predecir, la mayoría de las mujeres se acostumbran al ritmo de movimiento de su bebé a lo largo del embarazo y notan si todo está en orden.
¿Y si el bebé no se mueve?
En ocasiones, puedes tener la sensación de que el bebé no se ha movido durante horas, cuando en realidad sí lo ha estado haciendo. Esto puede deberse a que has estado concentrada en diversas tareas que te han mantenido desconectada de lo que ocurría en tu vientre.
Además de esto, existen otras causas por la que puedes sentir menos los movimientos fetales:
- Alta cantidad de grasa abdominal.
- Baja cantidad de líquido amniótico.
- Bebé posicionado con sus brazos y piernas alejadas de la pared uterina.
- Placenta ubicada en la cara anterior del útero, ya que amortigua el movimiento del bebé.
Consejos para estimular los movimientos fetales
No obstante, si tanto a ti como a tu pareja os preocupa esa aparente ausencia de movimiento, podéis probar varias estrategias para animar al bebé a que se mueva:
- Acuéstate sobre el lazo izquierdo, apoya la barriga en una almohada y espera un rato.
- Siéntate, pon los pies en alto, relájate y espera.
- Ponte un aparato de música sobre la barriga o acaríciala tranquilamente, ya que es una forma de despertar al bebé en caso de que esté dormido.
- Consume algún alimento que sepas que estimula al bebé.
Si aún así estáis inseguros y veis que el bebé no responde a los estímulos, lo recomendable es que consultéis al médico o a la comadrona. En la mayoría de los casos basta con una ecografía o con medir los latidos del bebé para comprobar que todo está bien y que no se está produciendo sufrimiento fetal.
Pero lo más habitual es que no haya nada de lo que preocuparse. De hecho, más de una vez os tocará tranquilizar al bebé con caricias, susurros o cantos, ya que, a partir del quinto o sexto mes de embarazo, ya empieza a sentir vibraciones, cambios de temperatura y presión.
En definitiva, los movimientos del bebé en la barriga representan una bonita forma de comunicación con su futura familia y eso hay que saberlo disfrutar.